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Una canción, una razón.

En el mundo de internet hay miles de sitios y contenidos de diversas características que captan la atención de los usuarios que se zambullen en la búsqueda de información, divertimento, curiosidad. En este gran abanico de posibilidades, las elecciones y omisiones de los usuarios les permiten expresarse , opinar y compartir opiniones. Por supuesto que los temas son diversos desde las superficialidades de una sentencia de un reallities show hasta tematicas sociales (las hay!, hay que saber encontrar los sitios) interesantes.
Hoy rescatamos y ponemos a disposición de debate, reflexión o simplemente para los curiosos, una canción escrita por Ignacio Copani sobre el conflicto del campo.
Aquí la letra.

Cacerola de teflón (Copani)
No te oí... En los días del silencio atronador.
No te oí junto a las madres del dolor, no sonaste ni de lejos, por los chicos, por los viejos olvidados.
No te oí... Puede ser que ya no estoy oyendo bien, pero al borde de las rutas de Neuquén,
no te oí mientras mataban por la espalda a mi maestro.
Y entre nuestros cantos desaparecidos yo jamás oí el sonido de tu tapa resistente, que resiste comprender que hay tanta gente que en sus pobres recipientes sólo guarda una ilusión.
Cacerola de teflón, volvé al estante, que la calle es de las ollas militantes, con valiente aroma de olla popular.
Cacerola de teflón, a los bazar, eso a sonar con los tambores militares como tantas veces te escuché sonar.
No te oí... cuando el ruido de las fábricas paró, cuando abril su mar de lágrimas llenó.
No te oí con los parientes del diciembre adolescente, asfixiado. No te oí.
Puede ser que mis oídos oigan mal, pero no escuché en la exposición rural, reclamar por el jornal de los peones yerbateros, por la rentabilidad de los obreros,
por el tiempo venidero, porque venga para todos.
No te oí ni te oiré porque no hay modo de juntar tu avaro codo con mi abierto corazón.
Cacerola de teflón, volvé al estante de los muebles de las casas elegantes que las cocineras te van a extrañar.
Cacerola de teflón, a los bazar eso a sonar en los conciertos liberales como tantas veces te escuché sonar.
No te oí en el puente de Kosteki y Santillán
No te oí por el ingenio en Tucumán. No te oí en los desalojos ni en los barrios inundados de este lado. No te oí, en la esquina de Rosario que estalló cuando el ángel de la bici se calló y sus ángeles pequeños se quedaron sin comida. Y jamás te oí en la vida repicar desde acá abajo por un joven sin trabajo, a la deriva.
Debe ser que desde arriba, desde los pisos más altos no se ve nunca el espanto y las heridas. Cacerola de teflón, volvé al estante. Yo me quedo en una marcha de estudiantes donde vos nunca supiste resonar.
Cacerola de teflón, a los bazar eso a llenarte de los más ricos manjares que en la calle no se suelen encontrar. Cacerola de teflón, andá a cocinar.

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