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Una ciudad que arde.

Por Antonio Mitre
En una legislatura “blindada” nuestros legisladores se aprestan a votar un recorte de las jubilaciones, un reforma de la ley previsional de Córdoba y un aumento de impuestos. Todo en un mismo acto y por el mismo precio.
Afuera los trabajadores, en paro y movilizados con el cuchillo entre los dientes se los quieren comer.
A la grave situación fiscal de la provincia y al déficit de su caja de jubilaciones, se llega por responsabilidades compartidas entre el gobierno nacional y el provincial, que se cruzan acusaciones en medio de medias verdades y medias mentiras que ocultan cosas importantes y confunden a la población.
La nación no envía los fondos comprometidos, es cierto. La nación dice que no debe nada, es mentira. La nación no debe todo lo que dice la provincia, es cierto. La provincia viene padeciendo desde hace mucho, administraciones (radicales y peronistas) mediocres y sospechadas de corrupción, es cierto.
Lo que no emerge en toda su intensidad y los protagonista callan es la causa fundamental del conflicto: la inequitativa distribución de los recursos federales coparticipables que se arrastra desde hace mas de diez años, que hace que las provincias no sean estados sustentables y hoy el colapso de estas comienza aparecer. Las provincias de Buenos Aires y Santa Fe también aumentan impuestos y hacen ajustes.
Que hacen en cambio los protagonistas, bailan alegremente en la cubierta del Titanic: La “locura” kirchnerista busca disciplinar al gobierno de Córdoba cerrándole el grifo de los recursos, “fogonea” a la oposición y los gremios y manda a sus legisladores afines a votar en contra el proyecto. Joden al pueblo de la provincia.
La administración provincial aprovecha la situación para blanquear una situación de quebranto de la que es en parte responsable tomando medidas impopulares de urgencia tirándole la culpa a otro y hace bajar a ministros a ocupar sus bancas para reemplazar a los kirchneristas y asegurar la votación de apuro de un proyecto que a esta hora no se conoce con claridad. También, jode a los cordobeses.
No existe el menor atisbo de sentido común y de mesura para poner el problema sobre la mesa y llegar a un acuerdo en beneficio de la gente. Evitan explicar y transparentar la situación a la comunidad en su conjunto, tal vez porque piensan que somos tontos y no entendemos.
En cambio funcionarios nacionales y provinciales hacen declaraciones, con alto perfil sin medir las consecuencias demostrando un alto grado de mediocridad e irresponsabilidad. No hay prudencia, ni mesura en lo que se dice y hace, no piensan en el pueblo. Para ellos el pueblo es un simple actor secundario que debe convalidar sin hablar. Toman decisiones que afectan a los ciudadanos con una discrecionalidad que asusta. Son peligrosamente irresponsables. Van al frente sin ninguna reflexión, exponiendo a los ciudadanos que dicen representar. Ponen en riesgo la paz social.
Los estados deben bregar por la concordia interior, no atentar contra ella. Córdoba camina hacia un día violento de la mano de sus representantes. Son la cara patética de una forma de democracia que se va degradando y derrumbando sin solución de continuidad, poniéndonos en peligro a todos.
Autor: Dr. Antonio Mitre.
Comisión Directiva de APADIM.
Fotos: La Voz del interior.

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