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APADIM cumple 40 años.

El 7 de abril de 1969 un grupo de niños y niñas y docentes se encontraron por primera vez en un ritual de aprendizajes, enseñanzas, alegrías. Fue el primer día de clases de APADIM. 



Desde el invierno del 66, un grupo de 17 familias venían desarrollando todo tipo de acciones para juntar fondos: rifas, canastas, eventos, ventas de productos, charlas, etc. Durante tres años, gestaron un proyecto que permitiera que sus hijos pudieran soñar y concretar un presente y un futuro digno. Y comenzaron a lograrlo ese 7 de abril, hace cuarenta años.

Desde entonces, esta institución cordobesa ha hecho realidad el derecho a la educación, al trabajo digno y a la participación e inclusión en todos los ámbitos de la vida y de la comunidad, de cientos de niños, niñas, jóvenes y adultos con discapacidad intelectual de Córdoba.



El grupo humano que conforma APADIM festejó sus primeros cuarenta años de trabajo, de luchas, de sueños, de vida. Lo festejó de la forma que sabe: vivenciando un encuentro entre los que forman parte de su comunidad institucional. Alumnos, trabajadores egresados, docentes, técnicos, familias y amigos. Hasta algunos de los fundadores de la institución estuvieron presente acompañando emocionados el presente de una organización que nació de la nada, con el esfuerzo y voluntades de un pequeño grupo de familias y hoy se presenta como una organización moderna, compleja y transformadora de las realidades y condiciones de vida de muchas personas.



En las voces de los alumnos, de los trabajadores de los talleres protegidos, de las familias y de los docentes que se sucedieron en mensajes y discursos hubo un común denominador: más allá de las diversas miradas (y a partir de esa diversidad) el consenso más fuerte de esta institución es entender que la discapacidad no es un techo, no es un límite; sino sólo una situación que se puede transformar, un motivo de lucha; y que el rol de APADIM es trabajar sobre las condiciones sociales de la vida en la comunidad, para que todas las personas (con y sin discapacidad) puedan desarrollarse, participar, ejercer sus derechos y vivenciar el encuentro en la diversidad.


El evento, además, contó con distintas instancias: la voz de todos los actores involucrados en este proyecto social, las actividades artísticas y culturales, muestras de fotos, murales y videos, la puesta Raíces sudamericanas: proyecto de danza y plástica que presenta una coreografía y actuación basada en la diablada e incorpora distintos ritmos, como la saya y zambos caporales, batucada brasileña, murga rioplatense y candombe, el taller de danzas folclóricas Amancay: pareja de baile Esteban Luna y Milagros Brandan bailaron una zamba y un escondido, acompañados por el cantante y músico Ariel Luna (hermano de Esteban). y un brindis comunitario en el que los hombres y mujeres que eran niños y niñas en ese primer día de clase fueron los principales agasajados.
El encuentro fue motivo para ejercer la memoria colectiva, para agradecer mutuamente el esfuerzo de todos y todas y para fortalecer el compromiso por un mundo mejor.

3 comentarios:

Unknown dijo...

FELICITACIONES POR TANTOS AÑOS DE TRABAJO Y ESFUERZO! SON UN EJEMPLO PARA TODOS
EQUIPO DE CONTIGO, asociación civil para el alivio del dolor y cuidados paliativos

Unknown dijo...

FELICITACIONES Y GRACIAS POR LO QUE HACEN
DRA. MARÍA PRUVOST
DR. EDUARDO MORENO

APADIM Córdoba dijo...

Muchas Gracias!

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