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Educación en el nivel medio.

Compartimos nota publicada en el diario La Voz del Interior.
Faltan “horas traste” .
La dinámica de estudio del secundario no tiene una interfaz adecuada con el nivel superior. Es una de las razones por las que los chicos del nivel medio fracasan apenas ingresan a la universidad. El tiempo que se le dedica al estudio en una carrera de grado no es el mismo que en la secundaria. Por Juan Carlos Carranza.
El factor "HT" no quiere decir otra cosa que las "horas-traste" que un alumno universitario necesita dedicar al estudio para avanzar en una carrera de grado.
Tan simple como eso. Claro que si fuera tan fácil, ya se habría inventado el dispositivo para mantener quietos en sus asientos el mayor tiempo posible a los chicos que ingresan a la universidad.
El problema es que el sistema educativo argentino aún no pudo resolver el tránsito del nivel medio al universitario. En la actualidad está planteado en términos de escalones que un egresado del secundario necesita subir para sumarse a la vida universitaria.
Y pese a los esfuerzos de articulación, los índices de retención son muy bajos: no llegan a 50 por ciento de los chicos que ingresan.
Los ingresantes encuestados en la regional Córdoba de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) sinceran una parte del problema, que no es menor. Al contrario, es una de las principales dificultades que los universitarios ven en la dinámica de estudio del secundario.
La subsecretaria de Grado de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), Graciela Llinás, con larga trayectoria en el tema, dice: "Tomamos a chicos con un tipo de estudio muy pautado, a los que se les indica estudiar determinadas páginas o un libro, y luego los sometemos al universo de la autogestión. No les damos pautas de tiempo de estudio y los incorporamos a un mundo muy diferente, en el que están muy solos".
Es cierto que no han sido pocos los esfuerzos para lograr una mejor articulación entre estos dos niveles, aunque los resultados aún no son los esperados. Lo que es evidente es que hay fallas en el sistema y una tendencia a "despenalizar" a los chicos de su responsabilidad en el fracaso universitario.
Algunos especialistas coinciden en que cierta inercia conservadora impide a las universidades revisar sus propias metodologías de enseñanza y descubrir el nuevo perfil de sus ingresantes. "Si usted compara los textos de los manuales del nivel medio de décadas pasadas con los de hoy, descubrirá que estos últimos, en gran parte, están compuestos por imágenes. Las universidades deberían estudiar qué tipo de nuevos alumnos tenemos, para no cargar las tintas sobre ellos", sostiene Llinás.
De las expresiones de la funcionaria universitaria surgiría una tarea para las universidades: reinventarse, revisar contenidos y hacer más eficiente e inclusivo el puente con el nivel medio. Lo cual no implica resignar calidad.
"Cómo combinar la democratización con la calidad de la enseñanza. Funcionamos sin articularnos. Los profesores no sabemos qué nivel tienen los secundarios, ni de dónde vienen", agrega Llinás.
En este contexto, hace un mes la UNC lanzó un programa de Apoyo para el Mejoramiento de la Enseñanza en Primer Año de Carreras de Grado de Ciencias Exactas y Naturales, Ciencias Económicas e Informática (Paceni).
Se trata de 100 becas a profesores y estudiantes avanzados, para acompañar a los estudiantes de primer año y evitar que abandonen los estudios. El Paceni es un programa que depende la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación. Y paga 300 pesos por mes a cada tutor académico.
Las preguntas que surgen son: ¿para qué necesitamos tantos estudiantes en el sistema universitario?, ¿por qué necesitamos retenerlos? Porque la realidad muestra qué lugar ocupan en el concierto internacional aquellos países que ostentan altos índices de formación universitaria.
Fuente: La Voz del Interior

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