Desde hace 6 años la Escuela Formación Integral y Capacitación Laboral, a través de un convenio con la Facultad de Psicología de la universidad Nacional de Córdoba, trabaja de manera conjunto con los futuros profesionales, prácticas de aprendizaje y quehacer profesional en las instituciones.
Compartimos la experiencia y la importancia del proceso de las prácticas supervisadas en la Escuela, con el texto elaborado por la Lic. Mirta Guzmán del Gabinete área psicología de la Escuela de Formación Integral y Capacitación Laboral; y los alcances de dicha práctica, realizada en la Escuela, por la Lic. Celeste González Cardozo.
“Las practicas supervisadas se llevan a cabo desde hace 6 años a través de un convenio entre la universidad Nacional de Córdoba- Facultad de psicología y nuestra escuela. Es una experiencia de aprendizaje sobre el ejercicio del rol del psicólogo en las instituciones educativas. Los pasantes obtienen su titulo universitario luego de aprobar el Trabajo Final de sistematización, evaluados por un comité mixto que integro con personal de la universidad.
El trabajo de la práctica se organiza en base a un trabajo que comprende objetivos generales y específicos, contenidos temáticos, bibliografía, cronograma de actividades entre otros.
La práctica es enriquecedora, permitiendo en un marco de contención, el acceso a los conocimientos y las practicas necesarias para el desarrollo del rol profesional”.
La práctica realizada en APADIM.Mi nombre es Celeste González Cardozo y soy Licenciada en Psicología, egresada de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba. En el tramo final de la carrera tuve la posibilidad de realizar una práctica supervisada en APADIM. Fue uno de los primeros contactos que tuve con el mundo laboral y gracias a esta oportunidad pude tomar contacto con aquellos problemas reales que tienen lugar en la práctica académica, como así también poner a prueba aquellos conocimientos, competencias y habilidades que adquirí durante el cursado del ciclo universitario.
Ingrese a APADIM el día 14 de junio del año 2010. Me recibió la Lic. Mirta Guzmán, Psicóloga de la Escuela de Formación Integral y Capacitación Laboral de la Institución, quien fue mi supervisora durante la práctica. Uno de los objetivos de esta misma, fue lograr una aproximación concreta al rol del Psicólogo Educacional, por lo cual fue llevada a cabo en el espacio de Gabinete técnico del área de Psicología. Desde allí se trabajó a través de una perspectiva interdisciplinaria con dirección, trabajo social y el personal docente.
Durante el pasaje por la Escuela participé en entrevistas individuales y grupales con alumnos del servicio, entrevistas domiciliarias, reuniones con el Centro de Estudiantes, Talleres de Sexualidad y reuniones del equipo de la Red de Talleres Protegidos, entre otras. También aprendí a confeccionar informes para obras sociales y fichas de seguimiento de alumnos. Además, tuve la posibilidad de entrenarme en el rol de coordinadora de grupo; la escuela me brindó un espacio para que dictara Talleres de Habilidades Socio – Sexuales en la Institución.
A partir de esta experiencia, me fue posible, establecer un acercamiento a las diversas realidades de los jóvenes especiales que concurrían a la Institución y a la de sus familias. El trabajo cotidiano con el equipo profesional del Gabinete de Psicología y Trabajo Social me permitieron adquirir herramientas de abordaje que me posibilitaron desempeñar funciones que caracterizan al rol de psicólogo educacional, como desarrollar acciones de prevención, orientar a los jóvenes ante situaciones que lo requieran y, en algunos casos asistir a toda la familia. Por otro lado, gracias al asesoramiento del equipo de Gabinete obtuve un conocimiento profundo acerca de cada caso en particular, teniendo en cuenta la red de relaciones, interacciones e interjuegos que suscitan a cada demanda, ya que cada alumno cuenta con un rico historial de experiencias de vida desde su nacimiento.
De esta aproximación surgió mi interés por trabajar habilidades socio –sexuales con los jóvenes de la Institución. Es así que se trabajó con los alumnos de 6º año utilizando la metodología de taller. Los mismos fueron analizados en base a registros de campo y grabaciones de voz, para luego articularlos con material teórico. En el análisis en profundidad de cada taller, se resaltó la actividad planteada como primer paso en el proceso de la construcción de un rol activo por parte de los jóvenes. Los alumnos fueron incentivados a crear un espacio de expresión y reflexión acerca de su propia sexualidad, y su manera de vivirla, considerando la posibilidad de ser, esta misma, resignificada continuamente. Me gustaría destacar aquí la importancia que conlleva acompañar a los jóvenes en esta etapa de continuos cambios como es la adolescencia, brindando un espacio que les permita reflexionar y pensar acerca de ellos mismos, de sus necesidades y deseos.
Sobre la base de los resultados obtenidos observé que el desarrollo de habilidades socio-sexuales y especialmente la comunicación, cobra una especial importancia como base sólida para la consecución de una sexualidad plena y satisfactoria. Los alumnos mostraron mayor predisposición para entablar una conversación, escuchar a un compañero o expresar sus sentimientos.
A partir de la devolución de los jóvenes sobre los aprendizajes que habían sido incorporados a lo largo de la práctica, pude registrar un mayor grado de información luego de participar de los talleres. La mayoría de las consignas fueron resueltas correctamente y lograron establecer una clara diferenciación de aquellas conductas que corresponden a un ámbito público y aquellas que corresponden a un ámbito privado.
Las conclusiones a las que se arribaron demostraron la importancia de trabajar el desarrollo de habilidades socio-sexuales en jóvenes con retraso mental con el fin de garantizar una vida afectiva y sexual satisfactoria.
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