La Organización Internacional del Trabajo (OIT) se pronunció hoy por la
inclusión en el empleo de las personas con discapacidad, al conmemorarse
el Día Internacional de las Personas con Discapacidad.
El organismo laboral tripartito sostuvo que muchas personas con
discapacidad "no gozan del derecho a la dignidad del trabajo" y, su
exclusión, entraña "un costo económico de entre tres y siete por ciento
del Producto Bruto Interno (PBI)", aseguró hoy el director general de la
organización mundial, Guy Ryder.
El funcionario de origen
británico y exsindicalista añadió hoy en Ginebra que se requiere romper
"las barreras y abrir las puertas del mundo del trabajo para las
personas con discapacidad".
"El lema de este
año del Día Internacional de las Personas con Discapacidad describe de
forma clara el reto común: estamos llamados a derribar las barreras y
abrir las puertas para lograr una sociedad sin exclusiones", señaló
Ryder en su discurso.
También subrayó que al menos mil
millones de personas en todo el mundo presentan algún tipo de
discapacidad y, de ellas, 785 millones están en edad de trabajar, por lo
que constituyen "una reserva amplia y diversa de talentos y, sin
embargo, a muchas se les niega el derecho a la dignidad del trabajo".
Ryder
puntualizó que su exclusión del empleo y la marginación de la sociedad
entraña un costo económico que supone una enorme pérdida de potencial
para la persona, la comunidad y la sociedad.
"La
situación de las mujeres y hombres con discapacidad en el mercado
laboral es motivo de preocupación. Tienen muchas menos posibilidades de
acceder al empleo que las no discapacitadas y, cuando lo logran, suelen
ser mal remuneradas, con escasas perspectivas de carrera y en
condiciones precarias", aseveró.
También dijo que es alarmante
que tengan muchas más probabilidades de quedarse afuera del mercado de
trabajo al no procurar empleo de forma activa y, a menudo, el desaliento
es uno de los principales factores que conducen a esa situación.
La
discriminación múltiple y la situación de desventaja de las mujeres,
los pueblos indígenas, los migrantes y las personas con ciertos tipos de
discapacidad suelen aumentar los obstáculos que afrontan estos
segmentos de la población, añadió el funcionario.
La
OIT promueve el trabajo decente y productivo para todos, inclusive para
las personas con discapacidad, y la experiencia demuestra que pueden
desempeñar las mismas tareas que otros.
Para tener las mismas
oportunidades, deben acceder a programas de desarrollo de las
competencias profesionales y de la capacidad empresarial, a servicios de
desarrollo empresarial y al crédito.
Las puertas de las empresas y de los lugares de trabajo deben también permanecer abiertas para esas personas, añadió.
Ryder
explicó que por la combinación de esas medidas, las personas con
discapacidad que procuran empleo podrán competir con éxito en la
búsqueda de trabajo decente y, los empresarios, crear empresas viables y
sostenibles, por lo que la OIT se propone integrar los temas de
discapacidad en todas las esferas.
"Ello implica desde la
promoción de las normas internacionales del trabajo, en particular el
Convenio 111 sobre discriminación (empleo y ocupación) de 1958 y el 159
sobre la readaptación profesional y el empleo (personas inválidas), de
1983, hasta las actividades relacionadas con el desarrollo de
conocimientos y la investigación y de sensibilización y cooperación
técnica", afirmó.
Ryder añadió que promover las oportunidades de las personas con discapacidad es parte de la iniciativa de integración.
El
sector privado tiene una importante función, como se demostró en la Red
Mundial de Empresas y Discapacidad de la OIT, que reúne a
multinacionales, organizaciones de empleadores, redes de compañías
nacionales y entidades de personas con discapacidad.
Esa Red
está logrando que las empresas comprendan el interés estratégico de
integrar a las mujeres y los hombres con discapacidad como factor
coadyuvante del éxito de la compañía.
El marco para el desarrollo después de 2015 debe incluir de forma explícita a las mujeres y hombres con discapacidad.
Las
medidas específicas deberían plasmar los compromisos contraídos por los
Estados al ratificar las normas internacionales del trabajo y la
Convención de la Organización de las Naciones Unidas sobre los derechos
de las personas con discapacidad.
Las consultas con
representantes de los empleadores, de los trabajadores y de la sociedad
civil serán indispensables para que las políticas sean pertinentes y
logren sus objetivos.
"El trabajo decente es un poderoso instrumento de integración. Cada uno tiene una función para lograr el objetivo", concluyó.
Fuente: terra Noticias / hfnoticias.com.ar
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