”Por lo tanto, la Dirección de Derechos de Personas con Discapacidad de la Defensoría del Pueblo indicó que “el hecho de no contar con un sistema de transporte accesible en cualquiera de sus modalidades limita, restringe, impide o anula la posibilidad de ejercicio de derechos humanos y el goce de libertades fundamentales, que hacen a la dignidad de todo ser humano, afectando el desarrollo personal y la participación social de las personas”.
Fuente: El acceso, un problema. Las dificultades enel subte para las personas con discapacidad en Pagina 12
Un informe de la Defensoría del Pueblo
de la Ciudad revela las fallas de accesibilidad en las estaciones. Pocos
ascensores, escaleras mecánicas inactivas, baños no adaptados.
Por Werner Pertot
Sólo el 33 por ciento de las estaciones
de subte tienen ascensores, nada más que el 29 por ciento tiene escaleras
mecánicas que llevan hacia la calle. El mismo porcentaje cuenta con sanitarios
para personas con discapacidad. Los datos surgen de un informe de la Defensoría
del Pueblo porteña sobre la accesibilidad en las estaciones. Pese al aumento exponencial
de la tarifa en los últimos años y los subsidios estatales, que nunca cesaron
de llegar a la empresa Metrovías, el estado del mantenimiento de las
instalaciones dista de ser óptimo: en el relevamiento de la Defensoría, en 16
estaciones se encontró que las escaleras mecánicas estaban fuera de servicio.
Ninguna de las boleterías está adaptada para personas con sillas de rueda.
El informe que revela el estado de las
estaciones del subte se hizo en base a un relevamiento sistemático entre
diciembre de 2014 y enero de este año. Se titula: “Accesibilidad para personas
con discapacidad y/o movilidad reducida en el transporte público subterráneo de
pasajeros” y detalla línea por línea del subte cuáles son los problemas
hallados en cada una.
En términos globales, la línea H
–construida en la última década– es la única que tiene escaleras y ascensores
en todas sus estaciones (lo que no quiere decir que todas funcionen). La línea
C y la E no tienen ninguna estación accesible, mientras que en la línea B el 75
por ciento es inaccesible para una persona con movilidad reducida. En la línea
D, el 69 por ciento es inaccesible y en la A, el 50 por ciento.
Las líneas C y E no tienen ninguna
escalera mecánica que permita llegar a la calle, mientras que en la línea B el
29 por ciento de las estaciones cuenta con esto y en la D, el 31 por ciento. En
la A, es el 72 por ciento. Además, muchas de ellas se encuentran fuera de
funcionamiento: dentro del relevamiento que hicieron, encontraron que “la
escaleras de las estaciones Carabobo, Loria y Sáenz Peña no funcionaban” en la
línea A, mientras que en la B no andaban las escaleras mecánicas de Uruguay,
Medrano, De los Incas-Parque Chas; en la D, no funcionaban las de Callao,
Agüero, José Hernández y Juramento. En la línea H, no andaban tampoco las
escaleras mecánicas de Humberto 1º, Parque Patricios y Hospitales. La cantidad
de estaciones que presentaban escaleras sin funcionar deja pocas posibilidades
de que se trate de casos aislados.
Además, encontraron que no funcionaban
los elevadores de la estación Uruguay (Línea B) y San Pedrito (línea A). Los
baños están en pocos casos adaptados: sólo el 29 por ciento presenta la
posibilidad de que lo use una persona con discapacidad. En el relevamiento,
además, encontraron ocho baños fuera de servicio. En la estación Primera Junta,
según le informaron a la Defensoría, “hace aproximadamente tres meses”. Lo
mismo ocurría con los de la línea H de Once, Caseros, Parque Patricios y
Hospitales. Desde Metrovías, informaron que el de Caseros estaba sin funcionar
desde el 27 de mayo del año pasado “debido a problemas del sistema de
descargas”.
En el informe, al analizar el estado de
las escaleras, se destacó “el estado lamentable en el que se encuentran los
solados (revestimiento del piso) de tipo de prevención y guía de la mayoría de
las estaciones de la red de subterráneo constituye un potencial peligro para
los usuarios del servicio”. Detallan que en muchos casos se encontró que no hay
antideslizantes.
El trabajo también destaca que la
totalidad de las boleterías no está adaptada para que las puedan utilizar
personas con sillas de rueda. Además, indica que “la señalización táctil en
sistema Braille se encuentra ausente en la mayoría de las estaciones. Se
constató que la disponibilidad de sistemas de información auditiva no es
uniforme variando a lo largo de la red. Por último, se carece de cartelería
respecto al emplazamiento de ascensores dentro de las estaciones, así como de
alarmas visuales para seguridad de las personas sordas”
En el informe, también se indica que
“las personas con movilidad reducida de no contar con una red de transporte
público deben afrontar altas erogaciones que no siempre pueden solventar en
mérito a la alta tasa de desocupación que registran”. Por lo tanto, la
Dirección de Derechos de Personas con Discapacidad de la Defensoría del Pueblo
indicó que “el hecho de no contar con un sistema de transporte accesible en
cualquiera de sus modalidades limita, restringe, impide o anula la posibilidad
de ejercicio de derechos humanos y el goce de libertades fundamentales, que
hacen a la dignidad de todo ser humano, afectando el desarrollo personal y la
participación social de las personas”. El informe destaca que, de continuar en
este estado, el Gobierno porteño podría verse responsable de reclamos por
discriminación.
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