Desde estos sentidos, Silvina
Peirano, propuso
poder repensar las construcciones sociales y culturales sobre nuestras propias
biografías sexuales y desde allí comenzar a interpelar cuál es la
representación que realizamos de la sexualidad de aquella “otredad” de varones
y mujeres con discapacidad o diversidad funcional.
Entendiendo
la sexualidad no como un área especial, apartada y si un área específica y
proponer una concepción más abierta e
inclusiva de los distintos aspectos que confieren a la sexualidad como una
parte constitutiva en la identidad de las personas.
¿Que entendemos por sexualidad? ¿Son personas activas o pasivas en
sexualidad? Y así fueron sucediendo distintas preguntas con respuestas que sin
ser concluyentes, fueron construyéndose de formas colectivas, con acuerdos y
pendientes para seguir conversando y repensar nuestras propias concepciones y
conductas en sexualidad.
En
este sentido, Peirano afirma que es muy
importante propiciar nuevos debates, desaprender pensamientos y conductas
que tenemos en relación a nuestras propias historias sexuales y a la sexualidad
de los otros y pensarnos desde nuevos paradigmas.
El objetivo de conflictuar nuestras miradas y proponer debates a estas
percepciones, es poder ir demostrando como los
mitos relacionados a la sexualidad y a la diversidad funcional de las
personas se encuentran construidos socialmente y "normatizados" en
las instituciones, familias, profesionales, actores sociales.
Esta
negación y ocultamiento han generado que las personas con discapacidad o
funcionalmente diversas hayan sido sistemáticamente negadas y violentadas en su
dignidad, en sus derecho humano de ejercer una vida sexual, vistas desde
"conductas patológicas y síntomas asociados.
Todos y todas
nacemos como seres sexuales, nos hacemos personas, varones y mujeres sexuados y
a la vez vamos haciendo y construyendo nuestras biografías sexuales.
De
esta manera, la propuesta propone de-construir discursos basados en las
capacidades, las miradas evaluativas e intervencionistas del “poder hacer” y
las necesidades uniformes para dar lugar a expresiones basadas en las
elecciones, en el protagonismo, la diversidad, el deseo y la identidad.
Las miradas, las palabras, lo gestual, fueron movimientos de
acercamiento para una propuesta que propicia preguntas puntuales, debates, la
repregunta y la provocación, moviliza situaciones, genera inquietudes y nuevos
espacios de encuentro.
Como puntualizaba, Peirano “Irnos pensando que no existe afortunadamente
una sola forma de ser sexual y de qué manera no solo respetar las sexualidades
del otro sino propiciar otras formas de ser”.
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