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No más cultura "teletonera"

En nuestro país no tenemos la Teletón, por suerte. Pero si urgamos un poco, podemos encontrarnos con los mismos elementos que hacen parte de esta maquinaria de hacer dinero denigrando la dignidad de las personas con discapacidad, en prácticas institucionales y sociales, en discursos en los medios, en los famosos, en los políticos, y que atraviesan la sociedad.  Esos rasgos están presente en una cultura que mira el fenómeno de la discapacidad como algo que está en las personas y oculta las barreras que interponemos en la sociedad, que impiden a las personas ser personas, con dignidad, con igualdad, con derechos.

Imagen de la campaña de la Teletón Colombia 2016. Foto: vanguardia.com
En los últimos años, en los países en que se realiza esta maratón televisiva (entre 24 y 27 horas reproduciendo un discurso denigrante, discriminador y de una tergiversada idea del apoyo) cada vez más voces desde el colectivo de personas con discapacidad, pero también desde otras organizaciones y referentes, vienen alzándose y denunciando este espectáculo (que además se han vuelto negocios formidables para algunas grandes organizaciones, y que muchas veces no llegan a las propias personas) como un verdadero acto de vulneración de derechos.

Es el caso por ejemplo de la Coordinadora Nacional de Organizaciones de Limitados Visuales CONALIVI de Colombia, que hace unos días emitió un comunicado llamado "No Mas Teletón", que la Unión Latinoamericana de Ciegos (ULAC) ha hecho circular regionalmente.  En esa declaración expresa su "rechazo a la TELETÓN, por considerar que esta Campaña atenta contra la dignidad de las personas con discapacidad, y se constituye en un factor de discriminación negativa en la medida en que fomenta la equívoca e indignante imagen de sufrimiento, minusvalía, invalidez, dependencia y enfermedad de las personas con discapacidad".

El Comunicado

El comunicado continua reconociendo que "los medios de comunicación poseen una enorme y creciente influencia sobre la sociedad, y contribuyen a reforzar prácticas culturales (actitudes y comportamientos negativos o positivos) que una sociedad asume como válidas" y por eso solicita a la población en general no apoyar la TELETÓN, a las empresas que apoyan la campaña a redirigir sus programas de RSE hacia la promoción del trabajo digno para personas con discapacidad, a los canales de TV que transmiten, "a promover imágenes favorables y respetuosas de las personas con discapacidad y a abrir espacios de discusión y reflexión en el marco de su responsabilidad social frente a las imágenes de las personas con discapacidad".  También al estado insta a cumplir con sus obligaciones y compromisos asumidos con los tratados de derechos humanos.
"...esta Campaña atenta contra la dignidad de las personas con discapacidad, y se constituye en un factor de discriminación negativa en la medida en que fomenta la equívoca e indignante imagen de sufrimiento, minusvalía, invalidez, dependencia y enfermedad de las personas con discapacidad..."
Y finalmente, "a las organizaciones prestadoras de servicios para personas con discapacidad y en general a todas las personas naturales y jurídicas del país, a no utilizar la imagen de las personas con discapacidad para llamar a la solidaridad con el fin de recaudar recursos económicos. Dicha práctica genera estereotipos sociales que contribuyen a la desigualdad social y a la discriminación que viven estas personas. Llamamos a trabajar en favor de las personas con discapacidad partiendo de su dignidad, en pro de la equiparación de oportunidades en todos los sectores humanos, como el trabajo, la salud, la educación, la participación política y todos los componentes de una vida con calidad."

Resolución de la ULAC

Ya en abril del año pasado, durante su novena asamblea regional, la ULAC había emitido una resolución instando a los estados parte a "abstenerse de apoyar la Teletón y demás iniciativas en las que se abuse de las personas con discapacidad y se distorsione su imagen, y hacer efectivas las acciones administrativas y judiciales sancionatorias previstas en su normatividad interna para proteger la imagen de las personas con discapacidad e impedir que continúe siendo usada bajo el estereotipo de sujetos de caridad".

¿Y en nuestra realidad?

Las críticas hacia la Teletón se enmarcan en los discursos, imágenes y sentidos a los que se apela para generar determinadas reacciones en la población, que reproduciendo viejos paradigmas de la exclusión y la discriminación de personas con discapacidad las predispongan a apoyar economicamente la campaña. Resultando finalmente en un enorme perjuicio para las propias personas con discapacidad, ya que las afecta en su dignidad, pero también para las comunidades en general, porque está basado en (y reproduce) la naturalización de la exclusión de un sector importantísimo de la sociedad, del trabajo, la educación, la vida pública y política, etc. Es decir, privando a la sociedad en general de los valiosos aportes que puede generar este sector en la vida cultural, el desarrollo económico, la accesibilidad, etc.
¿Cuántas veces vemos reproducir esos mismos discursos en los medios, y fuera de ellos?  Sin la necesidad de una campaña como la Teletón, esas características que, como se denuncia, violentan la dignidad y los derechos de las personas con discapacidad están presentes también en nuestra cultura cotidiana.  Discursos y prácticas que, a 10 años de la Convención, debemos erradicar. 

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