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Estudiaban en la Academia de la Asociación AMAR

A través de su propia compañía de tango, chicos discapacitados encontraron una salida laboral

Basta con ver a Eduardo Esparsaro (37) bailar tango para contagiarse de su pasión. Nació con síndrome de Down, pero sus logros destruyen el prejuicio extendido sobre las personas con discapacidades severas. Hace siete años se gana la vida trabajando en una estación de servicio de la Capital y, últimamente, también bailando tango.
Eduardo es uno de los 21 jóvenes discapacitados que toman clases en la escuela de tango de la asociación Amar, una entidad sin fines de lucro dedicada a la atención y la integración de personas con discapacidad.
"El amor que siento a través del tango es sorprendente. Disfruto de las clases y me concentro mucho. Lo que más me gusta del tango es llevar bien a la mujer", enfatiza Eduardo, que -como la mayoría de los tangueros- viste camisa, pantalón y brillantes zapatos negros.
Para él y varios de sus compañeros, lo que en principio fue una experiencia artística y de integración se terminó convirtiendo en una fuente de ingresos: seis alumnos formaron la compañía Amar Tango Danza, que ya realizó decenas de presentaciones.
Lucrecia Pereyra Mazzara es otra de las jóvenes integrantes. Tiene 13 años y se mueve con mucha seguridad, con la misma con la que la que se deja llevar por Eduardo sobre el escenario. No quiere hablar mucho, sólo desliza que le gusta mucho bailar con Eduardo. "Lucrecia nunca fue a una escuela para chicos discapacitados y estaba muy integrada a sus compañeros de división. Pero necesitaba un grupo de pertenencia y en Amar lo encontró", explica Graciela Mazzara, su mamá.
Las clases en la academia de tango de Amar, a cargo de los profesores Carlos Rodríguez y Carmen Lisoffi, comenzaron en 2004. Al poco tiempo, los chicos hicieron su primera presentación para los vecinos de la ONG, que está en el barrio de Boedo (en Cochabamba 3239). Más tarde bailaron para el Gobierno porteño, y un año después les llegó el primer contrato. Bailaron con León Gieco en el teatro Opera, y en el Salón Blanco de la Casa Rosada. En el Teatro Argentino de La Plata, y en varios eventos privados. También compartieron el escenario con el bailarín Juan Carlos Copes, el tenor Darío Volonté, la mezzosoprano Vera Circovik y los tangueros Raúl Lavié y Rodolfo Mederos.
"Nosotros actuamos como representantes ad honorem de la compañía de tango, y siempre que los invitan a actuar intentamos procurar una paga para los bailarines para que se reconozca su trabajo", indica Luis Rodríguez, el director general de Amar.
La compañía -de la que también forman parte Nidia Scalzo, Darina Amado, Javier Trunso y Leandro Czokoly- se presentará en poco tiempo en un congreso sobre adolescencia de la Asociación Argentina de Pediatría, y en la cena anual de Amar en La Rural ."Después del éxito que hemos logrado con nuestra compañía, pretendemos promover a otros artistas con discapacidad y que esto sirva para educar a la sociedad en visualizar las capacidades de estas personas", concluye Rodríguez.

Qué opinan quienes compartieron el escenario con ellos
Juan Carlos Copes - Bailarín y coreógrafo
"Soy padrino de la compañía. Y no lo hago por salir en el diario o en la televisión, sino porque lo importante es lo que uno comparte con ellos. Es una obligación compartir con ellos, y los ves tan felices que finalmente es uno el que aprende".

León Gieco- Músico y cantante
"La discapacidad siempre fue tratada como segregación, y muchos no saben que, cuando se habla de otras capacidades, esas otras capacidades pueden estar ser un alto nivel artístico, por ejemplo. Sólo hay que darles un lugar a estos chicos para que se manifiesten".

Darío Volonté- Tenor
"Para mí fue un honor compartir escenario con ellos. Me enseñó a nivel artístico, pero también a nivel espiritual. La inocencia que te transmiten cuando los ves a los ojos te baja a tierra. A nivel humano, fue una experiencia muy fuerte"

Cena a beneficio
Las asociaciones Amar (de Capital) y Puentes de Luz (de San Martín de los Andes) trabajan conjuntamente y el 26 de setiembre harán su tercera cena anual en el restaurante Central de La Rural. Bailarán la compañía Amar Tango Danza y el Ballet Folclórico Especial de ASAIM, de Santiago del Estero.
El objetivo de la cena es recaudar fondos para ampliar nuevos proyectos solidarios. Para informes y compra de entradas: 4931-5227/7251, info@asociacionamar.org.ar y www.asociacionamar.org.ar.

Fuente: http://www.clarin.com/diario/2007/08/27/sociedad/s-03101.htm

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