De Nuestra Redacción (La Voz del Interior)
La maldición de los jueves
Iván Ferreyra es un hombre hormiga. Si Córdoba fuera una ciudad agradecida Iván tendría una calle con su nombre en algún barrio oscuro.

Alzar la mano contra uno mismo
El primer jueves del ciclo está dedicado a los suicidas. El suicidio es la más flagrante disidencia y en ese terreno escarba la programación del ciclo. Participan muchos artistas pero a mí me alcanza con que vaya Vicente Federico Luy y su voz debilitada. Vicente se ha convertido en un pajarito rebelde, un animal hermoso que cree que su belleza radica en la inminencia de su extinción. Cada vez más frágil, Vicente ha vuelto a escribir y prepara un libro que se publicaría en setiembre. Mientras tanto, un jueves maldito lo recibirá en La Casona, en una reunión de suicidas y suicidados. Él y su fantasma leerán algunos poemas si los presentes hacen el silencio necesario para escucharlo. ¿Por qué hay que ir? Porque si Córdoba fuera una ciudad agradecida Vicente sería escuchado en una calle con el nombre de Iván Ferreyra. También estarán Marcelo Dughetti y Martín Toledo, y los fantasmas de Ian Curtis, Alejandra Pizarnik y Alberto Mazzocchi. Si quedan ciertas dudas, el espíritu libre de Jorge Bonino las aclarará.
Disidencia y libertad
El segundo jueves maldito (el 14) será el jueves de la sed, y el poeta en bicicleta Lucas Tejerina recitará algunos de sus poemas cuarteteros. Luego, el 21, la banda de cumbia formada por músicos de Apadim Los Hediondos del Caribe será el número central, imperdible, de una noche que también tendrá al grupo The Tristes ensuciando las cañerías de una ciudad sin auditorio. El ciclo coronará su blasfemia con el tema que hace de Iván Ferreyra un hombre maldito, las mujeres. En total son cuatro jornadas en contra de una exigencia de diversión, cuatro jornadas de desavenencia endemoniada, que ponen a prueba sobre todo cuatro cosas. Uno: que la disidencia se ha convertido en nuestro único gesto posible de libertad. Dos: que la libertad es incómoda. Tres: que Iván Ferreyra debería ser el nombre de una calle oscura, refugio de artistas y prostitutas. Cuatro: que en Córdoba, a pesar de todo, pasan cosas.
Entrá al blog de los jueves:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario