Dos articulos. Una misma realidad: La pobreza.

Ser mamá de hijos con hambre.

Carolina es una madre sola con cuatro hijos que se anima a contar el dolor de no tener un plato de comida para ofrecerles. La mujer sueña con que sus niños no abandonen la escuela para.

Carolina (28) transmite la tristeza de sus ojos y de su sonrisa desganada. Le sobran motivos para sentirse infeliz. Sola, muy sola, cría como puede a sus cuatro hijos (Agustín, 7; Sofía, 6; José, 5, y Jonathan, 2) en una casa prestada de barrio Muller. Su mirada es el reflejo de lo que siente cuando los niños le reclaman, y hasta lloran, por comida.
La de Carolina es la historia del hambre con nombre y apellido. Según el Barómetro de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina y la Fundación Arcor, 4 de cada 10 niños de 0 a 5 años no comen con frecuencia en Córdoba (La Voz del Interior del 26 de julio), Pero, además, la demanda en los comedores ha crecido en el último tiempo y hasta hay listas de espera para recibir un pedazo de pan, como publicó ayer este diario.
Los datos son más crueles cuando tienen rostro. Carolina puede dar fe.
La mujer con cara de nena asustada llega al depósito de alimentos que la Fundación La Botellita tiene en Blas Parera y Cartechini, a pocos metros del Cementerio San Vicente. Carga y arrastra a sus niños emponchados en una tarde fría. La acompaña Silvia (37) –con un embarazo de dos meses y tres hijos: Alian (8), Urias (6) y Magdalena (2)–, otra de las mamás solas que esperan una ayuda estatal para sobrevivir.
Las dos se sientan con los nenes en brazos a la espera de la entrevista periodística. Están dispuestas a contar qué se siente cuando la comida falta y las entrañas crujen. Es difícil de explicar. Se siente en la panza y en el alma. Silvia habla poco; Carolina cuenta su dolor como puede. "Me gustaría cambiar el mundo, que fuera más fácil para todos", dice con esfuerzo. No llora porque, quizá, se ha quedado sin lágrimas.
Agustín, Sofía y José almuerzan y meriendan en la Escuela Grecia, de San Vicente. A la noche cenan en la iglesia evangélica Jesús es Luz del Mundo. Jonathan tiene la comida asegurada por un tiempo: toma la teta. La mamá se alimenta en una de las instalaciones de La Botellita. "A veces llegan del comedor y no hay nada en casa. Me dicen ‘tengo hambre’, pero no hay. Y yo me empiezo a sentir mal. Son chicos, piden y no sé cómo explicarles que no tengo nada", confiesa. La cuchara de comida, la manzana y el bollito de pan no alcanzan para cuerpos que crecen.
Los nenes de Carolina están repitiendo, en parte, la vida llena de necesidades de su madre. Cuando niña, concurría a una escuela especial que abandonó a los 20 años, al quedar embarazada. Sufre de epilepsia, igual que Sofía.
La nenita necesita hacer un chequeo médico y José se golpeó una pierna. En el dispensario le prescribieron una placa. Carolina saca del bolsillo una arrugada orden médica. Tiene que ir a algún hospital pediátrico por la radiografía, pero le faltan los cospeles.
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Piden fondos para la niñez.

El secretario de Desarrollo Social de la Municipalidad de Córdoba, Horacio Viqueira, recibirá el jueves a representantes de organizaciones sociales que solicitan la inclusión de un grupo de mujeres solas con hijos en el Programa Familia. Daniel Martínez, de La Botellita, explicó que la intención es solicitar a la Nación fondos para la niñez. "Queremos llegar con nuestro pedido a los Kirchner en Buenos Aires", explicó.

Viqueira dijo que el municipio no tiene recursos para financiar comedores, ni un banco de alimentos. Indicó, además, que no existe un flujo de fondos del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia a la misma área en la Municipalidad. El funcionario subrayó que el ingreso al Programa Familia, que depende de la Nación, es "a cuentagotas". En Córdoba hay 43.689 planes Familia que reciben entre 155 pesos (con un hijo) a 380 (con seis hijos). La inversión es de 10 millones de pesos al mes.

Fuente: La Voz del Interior.