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En el día Internacional de los Derechos Humanos: Campaña Con los mismos derechos.

Desde APADIM Córdoba generamos este sitio web como un espacio de difusión de lo que se conoce como el modelo social y el enfoque de derechos en el ámbito de discapacidad.  Un sitio que congrega producciones colectivas, promoviendo la participación y aportes de diferentes actores, referentes, organizaciones y en particular de las propias personas con discapacidad y sus familias. Un lugar en la web para encontrar informaciones, contenidos y recursos relacionados al enfoque de derechos humanos en la temática de la discapacidad. Pensamos losmismosderechos.org.ar como una oportunidad para publicar y socializar las acciones institucionales, las prácticas, los saberes, y esfuerzos que desde distintos sectores sociales se realizan para la construcción social de una cultura de derechos y de promoción de la participación y autonomía en los distintos ámbitos en los que se desenvuelven las personas en situación de discapacidad.
¡Con los mismos derechos!
No hay nada “diferente” o “especial” en los derechos de las personas con discapacidad.  Son los mismos derechos que el resto de las personas. Los derechos de las niñas y de los niños que viven con discapacidad son los derechos de las niñas y niños en general.  Los derechos de las mujeres con discapacidad son los de todas las mujeres.  Ni más ni menos.
Pero como sucede con las niñas y los niños, como sucede con las mujeres y como sucede con distintos grupos sociales sociales que experimentan más dificultades para ejercer sus derechos (como los migrantes, pueblos originarios, etc.) la heterogénea población conformada por las personas con discapacidad vive distintas y naturalizadas situaciones de discriminación, de no reconocimiento de los derechos, de exclusión en el ejercicio a la participación.   Para ello se necesitan de herramientas más fuertes, que garanticen el ejercicio de sus derechos y responsabilidades.
Muchas veces, las personas en situación de discapacidad viven sus vidas subordinadas a lo que otras personas, organizaciones y la sociedad en general consideran “lo mejor para ellas”, se desenvuelven en relaciones de dependencia que inhiben su propia voluntad, obstaculizan sus elecciones y silencian sus opiniones.  A menudo viven en sociedades que no han sido pensadas para ellas, menos aún con ellas.  Enfrentan diariamente barreras culturales, comunicacionales, sensoriales y físicas que las excluyen de las oportunidades, de la satisfacción de sus necesidades y privan al resto de la sociedad de sus aportes y contribuciones.
Todas las personas tienen los mismos derechos.  Pero para que todas las personas puedan ejercer esos mismos derechos se requiere de mayores esfuerzos, con herramientas que promuevan las transformaciones sociales necesarias y garanticen las condiciones de igualdad.  La Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad viene a cubrir ese vacío, instaurando un marco jurídico claro y vinculante, que obliga a los estados y a las sociedades a garantizar el pleno ejercicio de los derechos humanos para esta población. El propósito de la Convención es  claro en ese sentido: “promover, proteger y asegurar el goce pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales por todas las personas con discapacidad, y promover el respeto de su dignidad inherente”. (Art. 1 de la Convención).
Con la aprobación por parte de la Asamblea de Naciones Unidas del texto de la Convención, en diciembre del 2006, su ratificación por parte del estado argentino y su posterior promulgación mediante la Ley 26378, en el año 2008 se concreta el marco jurídico que implica un hito en el largo proceso histórico de cambios de paradigmas y miradas en torno al reconocimiento de las personas con discapacidad como sujetos plenos de derechos.
Como organizaciones y actores sociales que trabajamos desde el enfoque de derechos con personas con discapacidad nos compromete y responsabiliza a llevar adelante estrategias y procesos de promoción de este paradigma que interpela a las sociedades, a los estados, a los mercados y a las personas en general.
Nos impulsa tanto en las prácticas educativas, apuntando a fortalecer a la persona con discapacidad desde su niñez, brindándole herramientas y desarrollando habilidades y competencias para la toma de decisiones desde la primera infancia y durante la totalidad del proceso de desarrollo humano. Como también instrumentando estrategias de incidencia pública que abonen en la transformación de representaciones y discursos sociales en favor del pleno ejercicio de los derechos y responsabilidades por parte de las personas con discapacidad.  No de derechos distintos o especiales, sino de los mismos derechos para todas las personas.

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