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"Reconocimiento de las capacidades jurídicas de las personas con discapacidad" - Crónica de la conferencia (15/11/2013)

A mediados de noviembre del 2013, desde APADIM tuvimos el privilegio de organizar, con el apoyo de distintas organizaciones sociales, profesionales y académicas la jornada “El final de la curatela, de la sustitución de derechos al sistema de apoyos”; un evento social que generó fuertes repercusiones entre las familias, las organizaciones y profesionales que trabajan en el ámbito de la discapacidad, y distintos sectores de la sociedad ligados al desarrollo comunitario, la justicia y los derechos humanos.
La jornada se desarrolló con dos conferencias, a cargo de la Dra. María Silvia Villaverde, Jueza de Familia de Lomas de Zamora, abordando los aspectos jurídicos y sociales que se desprenden del cambio de paradigma que vive la temática social de la discapacidad en los últimos años.  La primera de las conferencias en el centro de capacitación Ricardo Núñez (del Poder Judicial de la Provincia) fue dirigida al personal de tribunales de familia, asesores letrados, jueces y profesionales del derecho en general.  Días después publicamos la crónica de esta conferencia (podés encontrarla aquí).

La segunda conferencia fue dictada en el salón de usos múltiples del Instituto Superior Dr. Domingo Cabred, tuvo un público masivo compuesto mayoritariamente por personas en situación de discapacidad, familias y trabajadores de organizaciones dedicadas a la temática, profesionales independientes y estudiantes de distintas carreras relacionadas a la temática.  Debido a la apretada agenda de fin de año y las distintas actividades y situaciones de contexto, posteriores a la charla, no habíamos publicado hasta ahora la crónica de esta segunda conferencia.  Nos había quedado en el tintero.  Hoy queremos retomar las anotaciones que registramos y más que la descripción de la actividad en sí, rescatar y compartir algunos de los conceptos que se conversaron en esa charla, que podría definirse como un recorrido por la convención, por los derechos que promueven, por los compromisos y obligaciones que impone a la sociedad y en particular la oportunidad que significa construir una sociedad en base a una cultura de derechos humanos.

"Reconocimiento de las capacidades jurídicas de las personas con discapacidad"
Ante un masivo público (según los registros asistieron más de 300 personas) que ocupó todos los espacios del salón de usos múltiples del Instituto Cabred, se realizó la segunda conferencia que dio cierre a la jornada El Final de la Curatela: de la sustitución de derechos al sistema de apoyos.
Nuevamente la disertación estuvo a cargo de María Silvia Villaverde, quien ya había desplegado sus conceptos hasta minutos antes en el Centro de Perfeccionamiento Núñez (leer crónica aquí). 
 
El evento comenzó con las presentaciones a cargo en primer turno de la directora del Instituto Cabred, la Lic. y Prof. Claudia Amusategui quien hizo alusión a la dilatada historia del Cabred como casa de estudios superiores, de los cambios que se fueron dando en cada período histórico, de cómo esos cambios se inscriben en la cultura institucional, en las estructuras, contenidos curriculares y “hasta en los títulos de los profesionales egresados”, y de cómo la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad vienen marcando en los últimos años los desafíos y transformaciones de este tiempo.  En ese contexto “acompañamos esta propuesta que asumimos como propia y parte de nuestras política institucional”, cerró Amusategui.
Luego el Presidente de la asociación APADIM Córdoba, Juan Carlos Figueroa delineó las políticas institucionales en las que se enmarca esta iniciativa: “con esta propuesta buscamos compartir el nuevo paradigma de reconocimiento de las capacidades jurídicas de las Personas con Discapacidad, manifestado en el artículo 12 de la Convención (…) Creemos que es todo un desafío, un cambio estructural y cultural para todos: familias, organizaciones, profesionales y la sociedad.”

La Dra. Villaverde comenzó refiriendo a la charla en primer turno, al rol que les cabe a los operadores del derecho, al momento de resistencia judicial actual frente a los cambios que exige la convención, y conectando con los desafíos que tienen por delante las familias y quienes trabajan con las personas con discapacidad “es necesario que cada uno desde su espacio trabaje para que las personas recupere su derecho a hablar, a participar”, para ello hay que trabajar para habilitar, para entrenar en la participación, para generar espacios.  “Esto es lo que nos propone el tratado de derechos humanos que es la convención, y no sólo propone, es obligatorio para la Argentina y en más de 150 países que la han ratificado”.
“Es más fácil si comunitariamente nos embarcamos en esto”
Hablando de las dificultades para asumir estos cambios refirió a que estamos preparados para la sobreprotección, que asumir la participación implica asumir riesgos. “No es posible ser libre, autónomos sin asumir esa cuota de riesgo”
“Es mucho más fácil si comunitariamente nos embarcamos en esto” es el sistema el que tiene que acompañar, los espacios sociales, las organizaciones, los clubes. En todos los lugares debemos trabajar juntos.  Refiriendo a la convención, encomendó a las personas y familias a llevar “el tratado en el bolsillo” a los distintos lugares donde transiten.
La convención como una herramienta para la construcción social.
Al firmar el tratado y promulgar la ley 26378, el estado argentino se compromete a construir sociedad de acuerdo a los paradigmas propuestos por la convención.  Ahora bien, para que esto suceda las personas, las familias, la sociedad lo deben tomar y luchar, hacer las conquistas.  Deben conocerlo, asumirlo y reclamar su cumplimiento.
“El tratado en primer lugar exige asumir nuevos valores, que no son los del paternalismo y la sobreprotección,  son los del respeto a la dignidad por el hecho de ser persona, la autonomía individual, incluyendo la libertad de tomar las propias decisiones.” 
“Por otra parte, no hay mejor herramienta para evitar la violencia de terceros que la posibilidad de decir lo que uno quiere y lo que no quiere. Es fundamental enseñar a expresar a nuestros hijos. La autonomía es como un músculo que hay que ejercitar durante toda la vida, y la convención también habla de los ciclos de vida.”
“Uno no puede pretender aplicar la convención a una persona que durante toda su vida ha sido sobreprotegida. Y ahora le decimos a los 30 o 40 años que va a tener que tomar sus propias decisiones, ¿cómo lo va a hacer?  Ahora, si lo han entrenado desde chico, eso está previsto y proclamado en el artículo 7.”
También dio algunos detalles del rango de la convención: “este tratado es superior a todas las leyes, al código civil, a todas las resoluciones. Si esas leyes no están adecuadas a este tratado entonces el estado está incumpliendo y habrá que exigírselo.”
La convención propone habilitar y preparar para la autonomía por mínima que sea. 
El derecho a la identidad es el ejercicio de narrarse, de contarse a sí mismo.  Hay muchas personas con discapacidad que han sido narradas, contadas por otras personas, quienes cuentan quiénes son esas personas.  Promover el ejercicio de narrarse es un trabajo cotidiano y colectivo, uno sólo no puede.
Hay que respetar los diversos formatos de la condición humana.  La diversidad de formatos de las personas es lo que caracteriza a la condición humana.  Las viejas categorías impuestas desde el ejercicio de poder entre normalidad y anormalidad es rechazada por la convención.  La convención es una recuperación del poder, de poder de narrarse a sí mismo, no asumiendo las categorías impuestas, sino promoviendo el respeto a la diversidad de formatos de la condición humana.
Eso es lo que pasa con las categorías de capaces e incapaces.  Para qué ha servido estas categorías: para que a los incapaces se le retiren los derechos sociales y políticos.
Un momento fuera de la organización pero sumamente rico se dio cuando Candelaria Iglesias, una joven que cursa la escuela secundaria en APADIM subió al escenario y pidió la palabra. 
De esta manera se cerró la Jornada “El final de la curatela: de la sustitución de derechos al sistema de apoyos”  Que incluyó reuniones, contactos con la prensa y las dos disertaciones reportadas en este blog.  Entre ambas conferencias, la Dra. Villaverde sumó más de cinco horas de diálogo con la gente, en un esfuerzo intelectual y de activismo destacable.

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