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Sujetos de la Inclusión: Segundo encuentro del curso Inclusión Educativa.

Continuando con la propuesta de formación en inclusión educativa, el sábado 02 de julio, se realizó el segundo encuentro del curso Inclusión educativa: el valor social de la diversidad.
En la jornada se trabajó junto a los asistentes, dos temas centrales para empezar a pensar juntos y a construir estrategias metodológicas y teóricas adecuadas para comprender y realizar procesos inclusivos pertinentes en las escuelas.
De esta manera, Fabiana Cassano, comentaba la importancia fundamental de distinguir el concepto de inclusión como noción central para hablar de procesos inclusivos, entendiendo que en la actualidad hay “confusiones en las legislaciones que utilizan este término “, enfatizaba con respecto al concepto de inclusión y de integración.
Esta dicotomía, comentaba es importante poder trabajarla y poner de manifiesto cual es la perspectiva o la mirada que se prevalece cuando se utiliza un término de acuerdo las situaciones  en la escuela. Concepto que genero debate e inquietudes en los asistentes al curso , comentando cuando se hacía referencia a uno u otro, comprendiendo la realidades escolares y cómo estos son procesos que además de llevar tiempos deben pensarse y discutirse al interior del equipo que realiza la inclusión, es decir adecuar y pensar cómo los distintos roles y funciones de las personas que participan de este proceso, habilitan y facilitan que los mismos se concreten y sean adecuados.
Partiendo de esto mirada, Cassano, comentaba que el hablar de educación inclusiva nos debe llevar a pensar que es un proceso dinámico, de participación y protagonismo constante del estudiante, presente en el aprendizaje mismo que este proceso genera, con la cual es importante identificar aquellas barreras de aprendizaje que puedan obstaculizar este proceso.
Pensar en la diversidad de  situaciones y biografías personales de los estudiantes y sus familias, nos permite habilitar la mirada a que las posibilidades  de inclusión educativa de los jóvenes “va más allá de su discapacidad, es decir hoy hablamos de alumnos vulnerables como estudiantes que transitan por distintas situaciones y contextos socioeconómicos y culturales que están en desventajas en el sistema educativa” enfatizaba Cassano.
Es decir, realidades y contextos que si bien son individuales deben pensarse en un contexto social y en un sistema educativo que debe garantizar el derecho a la educación de todos, por lo tanto la escuela debe dar una respuesta a estas situaciones y demandas puntuales.
Como plantea Cassano el concepto de vulnerabilidad educativa esta relacionado a estas problemáticas que tiene los estudiantes en el proceso educativo, concepto que se relaciona y debe entenderse para comprender las diferencias que existen en las trayectorias educativas de los estudiantes.
En este sentido, comenta  que “existen diferencias entre las trayectorias educativas teóricas y las reales, entendiendo que las primeras son pautas estipuladas en la ley de educación, pensadas como un trayecto y recorrido lineal, atravesadas por una temporalidad, gradualidad de curricula y niveles, en tanto que la trayectoria real no sucede de manera lineal y está sujeta a distintas situaciones y problemas, algunos como la sobre edad, la repitencia, entre algunos”.
Para posibilitar estos procesos,  Belén Agüero, otra de las capacitadoras del encuentro comentaba la importancia de que esta idea de inclusión sea una noción ideológica y metodológica que debe ser acordada por todos los que participan del proceso de inclusión, joven, familia, escuela, docente, profesor e apoyo “toda la comunidad educativa en sí para poder dar lugar a la inclusión en la cual se vehiculizan particularidades de los distintos procesos”
De acuerdo a esto, Agüero comenta que es importante definir el rol y función del profesor de apoyo y desde allí poder distinguir los distintos modelos de inclusión que conviven en Córdoba y distintos espacios pensados para ello “escuelas especiales, organizaciones de la sociedad civil, centro terapéuticos, poder ver cómo trabaja cada uno”.
En este sentido, las capacitadoras acordaron que es importante siempre trabajar en equipo interdisciplinario, entendiendo que cada rol o función de las partes es fundamental para que el proceso sea adecuado.
Es por ello, que el equipo de inclusión debe acompañar a la docente a cargo del grupo escolar, para que pueda disponer de herramientas vitales que les permitan compensar dentro de un aula las diferencias y capitalizarlas para que todo el alumnado pueda enriquecerse entre sí en un aula con muchas opciones y diferencias de pensamiento de aprendizajes.
El trabajo diario del docente adentro del aula debe generar espacios participativos y educativos en donde los sujetos sean más activos en su aprendizajes, respetando sus estilos de aprendizaje y sus diferencias en sus procesos de conocimientos y aprendizajes.

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