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Palabras para un laburante, actor y canalla rosarino

Hace unos días, el psicólogo y docente Marcelo Rocha publicó en su perfil de Facebook una despedida a su amigo Daniel Hernández, una nueva víctima de la pandemia del Covid 19.  Sobre Daniel, Marcelo escribió: "Amigo querido... te voy a extrañar mucho... Hasta siempre.  Prometo llevarte siempre en mis recuerdos y seguiré contándole a la gente la bella persona que fuiste." A partir de este comentario y de varios artículos periodísticos que se publicaron en medios locales y nacionales, nos interesamos en la historia de Hernández. En un contexto de mucha tristeza, la historia de Daniel fue de mucha alegría y empuje: enlaza el derecho al trabajo, a vivir una vida autónoma y en inclusión, el derecho a la identidad y el derecho a la salud de las personas con discapacidad. Una historia que es la de muchas personas, que merecen no quedar al final de la fila; y que compartimos en esta nota.

Daniel Hernández, mozo del emblemático bar El Cairo, rosarino, actor y "canalla".

El rosarino Daniel Hernández fue mozo de El Cairo, el emblemático bar que a partir de hermosos relatos quedara eternamente vinculado a la figura y la vida de Roberto Fontanarrosa. Un ícono de Rosario. Quizás por esto, su fallecimiento escaló a los medios más allá de Rosario.  De hecho, la noticia en los medios locales y nacionales recorrieron distintos aspectos de la vida de Hernández, que había ingresado a trabajar al bar hace diez años, luego de otros trabajos y de su paso por un programa de formación laboral que se llamó Up Down.

Hace algunos años, Rocha trabajó como psicólogo en este programa dedicado a la capacitación laboral de jóvenes con discapacidad de Rosario. Up Down se llamó este proyecto creado por Erwing Iturbe Orbe en el año 2006, un joven entusiasta mexicano que residía en esta ciudad santafesina y Daniel fue uno de los primeros que pasó por ese programa.  El mismo Erwing nos cuenta ya desde México sobre este proyecto: "es una bella historia de conquista por la inclusión que fue en gran parte por el impulso de un grupo de jóvenes, en el que estaba Daniel", y la articulación "entre la Asociación Hotelera Gastronómica y Afines de Rosario, la sociedad civil organizada a través de APPLIR (Asoc. Padres por la Igualdad Rosario) y un grupo de expertos que formamos e impulsamos la capacitación." 

Marcelo brindaba en el marco de ese proyecto talleres de orientación vocacional y desde allí acompañó a Daniel. Una vez que Daniel culminó su formación y se recibió entró a hacer una práctica en un bar de la costanera de Rosario. Con el tiempo dejarían de verse y se reencontrarían años después en El Cairo, con nuevos roles: uno como mozo, el otro como cliente. "Con el tiempo le perdí el rastro, al igual que a los otros chicos, lo interesante es que siempre me los encontraba a uno o a otro trabajando en distintos lugares, ya habían cambiado de trabajo, habían buscado por su cuenta nuevas oportunidades y eso para nosotros era hermoso. En el caso de Daniel, me lo reencontré cuando él ya estaba trabajando en El Cairo", recuerda Marcelo. "Cada vez que iba, juntaba a sus compañeros de trabajo y les decía que yo era su psicólogo. Conversábamos mucho, él me contaba sus cosas, a veces le aconsejaba, en fin teníamos un vínculo muy lindo sostenido en el tiempo".

Como hincha de Rosario Central (como Fontanarrosa), actor, y sobre todo, laburante, Hernández no pasaba desapercibido en la vida cotidiana y en las redes se llenaron de mensajes de sus compañeros de trabajo y clientes del bar que lo despidieron con tristeza y reconocimiento. En la cuenta de facebook del bar, anunciaron la triste noticia. “Con profundo dolor despedimos a un amigo. ¡Hasta siempre Dani!”

En sus palabras de despedida, Rocha destacó que el medio del que compartió la noticia no apeló a los típicos titulares que suelen verse en noticias sobre personas con discapacidad. En el caso compartido por Rocha, por el contrario se menciona el nombre y el apellido (muchas veces se infantiliza prescindiendo el apellido, o incluso llamando por apodos, es decir llevando a un discurso formal como el periodístico, formas que son del ámbito cotidiano, de los afectos, de las personas cercanas y de confianza) y la ocupación laboral por la que era conocido Hernández, es decir su identidad como trabajador: "Valoro que en la nota aparece en primer lugar su nombre propio y su ocupación y no su condición". Varios de los medios que replicaron esta triste noticia desde otras ciudades también coincidieron en esas buenas prácticas periodísticas, y otras quedaron a mitad de camino. El portal Perfil tituló: "Covid-19: falleció un mozo de un reconocido bar de Rosario", y en la bajada aportó información y no sensiblería: "Daniel Hernández sufrió un par cardiorrespiratorio el pasado martes. Tenía síntomas de coronavirus y no llegó a ser internado. Piden incluir a personas con discapacidad en el plan de vacunación oficial."  

Daniel Hernández y Marcelo Rocha en El Cairo. En su posteo el psicólogo escribió: "Hasta siempre amigo querido. Voy a extrañar tu hermosa humanidad y todo lo que aprendí junto a vos."

El titular de La Nación quedó a mitad de camino entre viejas y nuevas prácticas: "Murió Dani, mozo del emblemático bar El Cairo y símbolo de la inclusión", y su bajada en la misma línea: "Daniel Hernández tenía Síndrome de Down y trabajaba en el local popularizado por Fontanarrosa; sus compañeros y clientes lo despidieron con emotivas palabras." 

Mejor elaborado, el diario La Capital por su parte destacó la otra ocupación que tenía Hernández y su filiación futbolera: "Murió Dany Hernández, el mozo de El Cairo que fue actor y llevaba a Central en el corazón."  Más allá de otros ejemplos que no entendieron ni innovaron en nada en sus formas (el caso del portal de Telefé "El triste adiós a Dani, el mozo con Síndrome de Down que conquistó a los rosarinos") es evidente que la posibilidad de Daniel Hernández, de participar de su día a día como una persona adulta, trabajador, actor y "canalla" hizo la diferencia. Generar procesos de inclusión siempre habilita nuevas posibilidades, abre las puertas a nuevas identidades sociales

Como hincha de Rosario Central, actor y laburante, Hernández no pasaba desapercibido en la vida cotidiana. Sus compañeros de trabajo y clientes los despidieron en las redes sociales con mensajes que mostraban tristeza y reconocimiento.

Las personas con discapacidad no deben quedar al final de la fila.

El fallecimiento de Daniel Hernández también reavivó el debate en torno a la prioridad de las personas con discapacidad para recibir la vacuna contra el Covid 19, una discusión que tiene diversos rasgos según las decisiones tomadas por las autoridades responsables en las distintas provincias. Lamentablemente las vacunas que por estos días parecen arribar en mayor cantidad y a aplicarse a un mejor ritmo, no llegaron a tiempo para que Daniel pudiera inmunizarse. A sus 44 años, Hernández, no tenía enfermedades que lo pusieran al principio de la lista. El posteo de Marcelo Rocha daba en el clavo: "Señores gobernantes... las personas con discapacidad son personas de riesgo y no han sido priorizadas en la campaña de vacunación. Las instituciones especializadas, los profesionales y familiares venimos reclamando, y nada. Una política que no prioriza a los más vulnerables invisibiliza aún más a ese sector."  

En declaraciones a los medios, María Rosa Julián, fundadora y presidenta de APPLIR también expresaba el reclamo de tantas organizaciones a lo largo del país, a las autoridades gubernamentales, por la inclusión de las personas con discapacidad en las listas de vacunación por ser población de riesgo.  

Lamentablemente la pérdida es irreparable y El Cairo tendrá un vacío entre sus mesas.  Para Erwing Iturbe Orbe "lo más importante es comprender que requerimos una sociedad más justa y equitativa en todos los aspectos", personas como Daniel luchan por ello, con paciencia y alegría, cada día de su vida. Por eso debemos: "agradecer a Daniel Hernández por tan grande enseñanza y valor para portar la bandera de la igualdad", esperando además que su historia "movilice corazones y quizás prioridades en los gobiernos", nos comentaba Erwing.

Sólo queda seguir exigiendo que las personas con discapacidad no vayan al final de la fila, ni para vacunas, ni para la vida; y honrar, como intentamos aquí, la memoria de un trabajador, mozo, actor y canalla rosarino.



Tenemos mucho por hacer. Apoyanos para seguir construyendo una sociedad más inclusiva.  Aquí te contamos cómo.

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