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Entre la inclusión, los derechos y el ambiente

Ya vamos por la mitad de los tres años que dura la primera fase del proyecto de Promoción de los Derechos Ecológicos de niños, niñas y adolescentes desde una perspectiva inclusiva, un proyecto novedoso para nuestra historia institucional, que vincula el trabajo por la inclusión social y educativa, con la preocupación frente a los problemas y conflictos ambientales, y que impulsamos coordinando con a una docena de escuelas primarias y secundarias, y con otros actores, referentes y organizaciones sociales y ambientales.  Cada año empezamos haciendo un balance de lo trabajado hasta entonces, y una actualización del diagnóstico social en el que nos paramos. Una mirada focalizada en determinados problemas sociales; frente a los cuales, entendemos debemos apuntar nuestros esfuerzos, para transformar.  En esta nota hacemos un resumido repaso sobre esa mirada del contexto social, que pone el acento en aquellos aspectos que más impactan en los derechos de niños, niñas y jóvenes en general, y en las personas con discapacidad en particular.

Foto detalle del stand de Apadim en la feria agroecológica
Foto de detalle del stand institucional en la Feria Agroecológica.

Pobreza y alimentación.  El problema no sólo es el acceso, sino el modelo de producción y distribución.

Siempre decimos que el proyecto Promoviendo los derechos ecológicos, desde una perspectiva inclusiva, (resumimos el título), intenta posicionarse en una intersección que nos resulta por demás necesaria: entre lo derechos ambientales, la educación ambiental, y los derechos de las personas con discapacidad, en particular el derecho a la educación inclusiva. ¿Qué nos permite este cruce?  Al menos tres cuestiones: nos permite ver que las personas con discapacidad no tienen espacio para aportar al debate social en torno a los derechos ambientales, y esto a pesar de que son, junto a los niños y niñas, uno de los grupos sociales más afectados por los problemas ambientales (en la salud, en la degradación del espacio urbano, que se traduce en falta de accesibilidad, en el acceso a una alimentación con necesidades médicas específicas, etc.); nos permite construir propuestas de educación ambiental que sean, desde el principio, accesibles; y nos permite construir una perspectiva conceptual interesante en relación a las relaciones de interdependencia, de apoyos y cuidados, de modo que pueda ir más allá de los humanos, e incluya también a la naturaleza.

Y en esa línea, nos permite construir una mirada sobre el contexto con un "recorte" que vincula problemas sociales, económicos y ecológicos: y en ese sentido, evidentemente el dato de contexto más relevante del año pasado es el de pobreza infantil, que en la primera mitad del año ascendió al 50,9% y afectó a 5,5 millones de menores de 14 años, de los cuales 1,38 millones son indigentes (no tienen acceso a lo más básico como la alimentación). Con estrecha relación a los niveles de pobreza e indigencia, está el problema de la mala alimentación. En la publicación “sano, rico y barato. 6 puntos para construir una alternativa al modelo alimentario excluyente” del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), se denuncia que “el sistema agroalimentario argentino tiene limitaciones para garantizar un acceso equitativo a los alimentos”. En Argentina, dice esta publicación “comer sano es un privilegio y sostener una dieta con necesidades médicas particulares es un lujo”. Esta situación estructural, es consecuencia del sistema de producción, distribución y comercialización que “se rige por la hegemonía del mercado y la agroexportación”.  El programa Comer Mejor (iniciativa de Bancos de Alimentos, Universidad Católica Argentina, y Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación (CEPEA), ya manifestaba en el 2018 que el 41,1% de los niños y niñas presentaban malnutrición. 
Con la pandemia los precios de alimentos aumentaron de manera abrupta “mientras los ingresos de las mayorías disminuían. Los incrementos se mantuvieron durante 2021 y se colocaron por encima de la inflación general” (CELS) Frente a ello, los modelos de la agroecología y la soberanía alimentaria -como la agricultura familiar, campesina, indígena- están creciendo, pero no son masivos. Las políticas alimentarias no atienden esta situación y “se centran exclusivamente en los problemas de acceso y consumo y no en los de producción y comercialización. La noción de soberanía alimentaria es superadora porque traza una zona mucho más amplia de problemas y de políticas para afrontarlos, poniendo en el centro a los modelos productivos.” (Cels)


"...el dato de contexto más relevante del año pasado es el de pobreza infantil, que en la primera mitad del año ascendió al 50,9% y afectó a 5,5 millones de menores de 14 años."



Agua, residuos 

Otro problema es el acceso al agua en condiciones seguras en Córdoba, a partir de la evidente degradación y contaminación en diques y lagos de donde se extrae el agua que se potabiliza para consumo humano, y el sistema de saneamiento en Córdoba.  La ONG Fundeps realizó un diagnóstico sobre la crítica situación de contaminación de las principales cuencas de agua de la provincia, (Lago San Roque, Dique los Molinos y Río Suquía). Las principales causas de contaminación es la falta o deficiencia de políticas públicas acordes, mala gestión de los efluentes cloacales y de los residuos sólidos urbanos, deforestación, contaminación con agroquímicos, incendios, falta de estudios de impacto ambiental en las obras públicas y privadas, entre otras.

"En Argentina comer sano es un privilegio y sostener una dieta con necesidades médicas particulares es un lujo”
(Informe del Cels)

Además, la incorrecta gestión de los residuos sólidos urbanos (RSU) figura entre los mayores problemas ambientales urbanos que presenta la provincia de Córdoba. “Con una población superior a los 3 millones de habitantes y una generación de RSU del orden de las 2.900 toneladas anuales, la provincia de Córdoba cuenta con seis vertederos controlados (rellenos sanitarios) para el 70 % de los RSU generados. El 30 % de los residuos restantes se dispone en aproximadamente 300 basurales a cielo abierto diseminados en toda la provincia, donde comúnmente se practica la quema incontrolada de residuos” (fuente página oficial del Gobierno de la provincia de Córdoba) En el primer semestre del 2022, el gobierno de la ciudad informó que retiró más de 80 mil toneladas de residuos micro, macrobasurales y canales.  Frente a este problema, se vienen desarrollando iniciativas desde el Estado y la sociedad civil, en relación a la separación, reutilización, reciclaje, etc. 

la incorrecta gestión de los residuos sólidos urbanos (RSU) figura entre los mayores problemas ambientales urbanos que presenta la provincia de Córdoba.

El cambio climático sucede aquí y ahora

Fundeps realizó un análisis de fenómenos climáticos ocurridos en Córdoba entre 2000 y 2020, identificando que los fenómenos climáticos son cíclicos y que año a año se profundizan. Entre otros: sequías, incendios forestales, inundaciones, temporales graves. “las personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad, por ejemplo, personas que viven en condiciones de pobreza, niñes y adolescentes, personas en situación de discapacidad, mujeres y diversidades sexogenéricas, se ven afectadas de manera diferenciada profundizando las desigualdades estructurales existentes”. 

Una rápida mirada a la situación que atravesamos entonces nos muestra cuán imbricadas están las problemáticas y conflictos sociales, ambientales, y el impacto que generan. El desafío de este tiempo es actuar no en un ámbito o en otro, sino articularlos: pobreza y desigualdad, producción y consumo de alimentos, tratamiento de residuos, biodiversidad, reforestación, cambio climático, son algunos de las problemáticas centrales de nuestro tiempo, en los que el proyecto trabaja directamente.  Por supuesto el trabajo frente a estas problemáticas es estructural, político, cultural y particularmente educativo. La educación, que en términos de calidad, accesibilidad y equidad también sufrió retrocesos, a partir de la conjunción de la crisis económica y la pandemia. En conclusión, estos aspectos que son recuperados en la propuesta de Educación Ambiental, van de la mano con las acciones e iniciativas que impulsa el proyecto, que por lo tanto apunta correctamente a algunos los problemas centrales que enfrentamos en este tiempo como sociedad, y sus acciones aportan a las soluciones necesarias.
 


"nos muestra cuán imbricadas están las problemáticas y conflictos sociales, ambientales, y el impacto que generan. El desafío de este tiempo es actuar no en un ámbito o en otro, sino articularlos"


Tenemos mucho por hacer. Apoyanos para seguir construyendo una sociedad más inclusiva.  Aquí te contamos cómo.

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