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Intervenciones sociales en el campo de la discapacidad desde una perspectiva feminista y de género

Este año venimos trabajando distintas propuestas y actividades en el marco del Proyecto Inclusión educativa, social, laboral y protagónica de adolescentes y jóvenes con discapacidad en la ciudad de Córdoba que llevamos adelante con el apoyo de cooperación de @tdha.latinoamerica
Uno de los ejes del proyecto es comenzar a delinear una propuesta institucional que permita incorporar reflexiones y contenidos institucionales en perspectiva de justicia de género desde un enfoque integral y crítico de nuestras intervenciones y prácticas en la comunidad institucional.
La idea es construir una política que desde una perspectiva de género y del feminismo y en vinculación de manera interseccional con lo cultural, los derechos, las violencias de género, roles y estereotipos nos permita trabajar articuladamente, facilitando la accesibilidad y los apoyos necesarios entre los equipos, familias y jóvenes de nuestra institución.
Para poder avanzar en esta línea estuvimos trabajando en un diagnóstico integral institucional, que nos permita identificar y poner en escena inquietudes, situaciones y problemas para vincularlos a conexiones y variables de articulación posibles para poder visualizar y comprender entrelazamientos y cruces, para identificar estrategias de intervención que atiendan esas realidades.
Para ello fue necesario definir, pautar, acordar un marco teórico institucional, amplio e integrador con perspectivas y estrategias que englobe los distintos contextos, edades y enfoques posibles de intervención.

En este momento estamos trabajando la primera etapa del proyecto que consiste en generar espacios de encuentros, reflexión y capacitación con técnicos y profesores en la temática de género y en ESI.
En esta línea se realizó la capacitación institucional en ESI a cargo de Lic. Cecilia Arbelo del programa de educación sexual integral de Córdoba y el Taller de Genero y Feminismo que nos convidaron las compañeras Lic. Lucía Bertona y Lic. Mariana Gandolfo el pasado viernes 22 de octubre.
En este último encuentro taller nos dividimos en grupos de trabajo, durante la mañana y siesta, y las compañeras nos invitaron a reflexionar colectivamente en torno a la necesidad de trabajar la perspectiva feminista y de género situada, en los espacios que habitamos, acompañando a personas con discapacidad

La idea fue poder aportar un marco de referencia para trabajar en el campo de la discapacidad desde los feminismos interseccionales y las perspectivas de género situadas como contrapuntos interesantes entre la tematización/fragmentación y una mirada política desde donde miramos y hacemos al mundo.
En este sentido la invitación fue poder pensar en un marco conceptual de aproximaciones mínimas a las perspectivas feministas y epistemologías feministas, desde los cuidados, sexualidades, cuidados y socialización diferencial de género (estereotipos, mandatos), feminismos anti-capacitistas.
Para luego pensarnos desde estos recorridos y reflexionar colectivamente en relación a las experiencias y trayectorias en relación a acompañamientos y trayectorias afectivas y de cuidados en espacios de discapacidad.
Poder pensar como estas conversaciones y reflexiones impactan en las intervenciones y son un punto de vista acerca de nuestros recorridos, nuestras lecturas, nuestros espacios de pertenencia, activismos e intervención social.
En esta dinámica, entre preguntas y debates, y desde las herramientas sociales de la perspectiva feminista pensar cómo construir nuevas pedagogías y prácticas profesionales, laborales y de cuidados, que permitan, como mencionaban las compañeras: “aportar a la desarticulación de las relaciones de poder vigentes que son capacitistas, verticalistas y androcéntricas, pero también heterocisnormadas y que reproducen violencias de género y adultocentrismos”.
Pensando que es a partir de estos conceptos donde es posible discutir algunas claves enquistadas en las relaciones sociales que siguen reproduciendo concepciones para acercarnos a una perspectiva feminista de un hacer con otras y otros.


Con claras intervenciones, consensos y disensos, las compañeras también nos comentaban sobre el alcance de transversalizar la perspectiva de género en: “referencia a visibilizar y analizar las desigualdades entre los géneros, las relaciones de poder existentes entre los mismos, e intervenir para modificarlo y avanzar en la construcción de políticas públicas capaces de transformar las estructuras desiguales existentes”.
En este sentido nos proponían pensar que “la igualdad de género debe ser uno de los principios que guíe el diseño, la ejecución y la evaluación de todos los planes, programas y proyectos de las distintas áreas y dependencias estatales/institucionales”.
En este punto la idea de Interseccionalidad nos permite visualizar patrones y formas de privilegios y opresiones legitimados que se ejercen en conexión con todas las formas de subordinación y la manera como estas se viven.
La propuesta que nos invitaban a reflexionar y a construir las compañeras parte de la experiencia situada y nuestro posicionamiento: “situadamente y desde nuestros propios lugares y cuerpos, pensar la perspectiva feminista y anti-capacitista en los espacios de trabajo como una práctica que puede posibilitar la urgente tarea de descolonizar y despatriarcalizar las instituciones, pero también y sobre todo se trata de descolonizar nuestras prácticas y nuestras subjetividades, incorporar la mirada amplia en los espacios laborales, de cuidados y en nuestras vidas”.
En esta vinculación pensar las relaciones y la alteridad, para construir alianzas y afectaciones que permitan acompañamientos y apoyos constantes, poner en tensión nuestros privilegios epistémicos y cuestionar formas de violencia simbólica hacia las disidencias de las corporalidades, desnaturalizar prácticas excluyentes y como se construye ese sujeto en discapacidad.


Esto implica pensar las intervenciones en nuestra institución desde estas claves y aportes para intervenir, como nos invitan a pensar las compañeras desde: “gestos mínimos y presencias constantes, acompañar y alojar con hospitalidad. - de lo que se trata es de un “estar disponibles”, de conversar, donde la tematización/formación no reemplaza la relación con el otro” y afirmaban: “no se trata de romantizar o totalizar la alteridad, sino de articularnos y dejarnos abismar por esos cuerpos alterantes, apostamos a transitar las incomodidades del hacer: pensar “más allá y más acá” de lo jurídico”
Como cierre del encuentro se propuso realizar un mapeo corporal colectivo, a partir del mapeo de un cuerpo que pudiera dar cuenta “a partir de la pertenencia institucional y de las experiencias corporizadas contarnos sobre situaciones de placer y malestar, sobre los cuidados respetuosos, el alcance del capacitismo/mandatos/idealesregulatorios/normalizaciones, vinculados con los atravesamientos interseccionales según posición de género, edad, clase, religiosidad, capacidad corporal obligatoria, entre otros” nos convidaban a pensar las compañeras.
Una dinámica muy creativa y reflexiva que nos permite identificar espacios, conflictos, relaciones de poder y potencialidades en nuestro espacio institucional que son fundamentales para planificar intervenciones de manera colectiva y participativa.

Tenemos mucho por hacer. Apoyanos para seguir construyendo una sociedad más inclusiva.  Aquí te contamos cómo.

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