Estuvimos en el Patio Criollo “Recordando nuestras raíces”

El pasado viernes estuvimos de Cierre de la Muestra Final del Ciclo Lectivo 2025 en la Escuela: nuestro Patio Criollo “Recordando Nuestras Raíces”, un espacio donde celebramos la identidad, la memoria, las tradiciones y el camino recorrido a lo largo de este período transitado.

Como cada año, con alegría y orgullo abrimos las puertas de nuestra querida escuela con el objetivo de compartir los procesos educativos y dar visibilidad a lo construido por los y las estudiantes, junto a docentes, equipo técnico, familias y comunidad educativa en general. Hoy, al abrir este patio simbólico, nos invitamos a reconocer nuestras raíces, esas que nos sostienen, nos abrazan y nos enseñan a seguir creciendo juntos.

En este camino, recuperamos también el sentido del Día de la Tradición, una fecha que nos invita a mirar hacia nuestra historia para reconocer la diversidad de voces, músicas y costumbres que construyen nuestra identidad como pueblo.

La tradición está viva cada vez que defendemos lo que somos, cada vez que nos reconocemos en nuestros paisajes y en nuestro lenguaje, cada vez que elegimos reírnos de nosotros mismos sin perder el respeto por nuestras raíces.

Patio Criollo “Recordando Nuestras Raíces” junto a familias, estudiantes y equipos

El Patio Criollo “Recordando Nuestras Raíces”, es un encuentro donde los y las estudiantes fueron los protagonistas de un viaje por nuestras costumbres; esas que nos cuentan quiénes somos, de dónde venimos y qué valores seguimos transmitiendo de generación en generación.

La música, la danza y cada expresión artística que vimos en el escenario y en el recorrido por este espacio, son la muestra de cada aprendizaje, esfuerzo, dedicación y trabajo que se ha llevado a cabo durante este año. Invitamos a toda la comunidad educativa a disfrutar, a emocionarse y a acompañar con entusiasmo a quienes han preparado cada representación.

En primer lugar, los y las estudiantes del Primer Ciclo compartieron con nosotros una hermosa puesta en escena de “La semilla”, una invitación a valorar lo que germina, lo que crece, lo que se cuida entre todas y todos.

Luego de esta hermosa interpretación , los estudiantes del Segundo Ciclo nos trajeron expresiones bien de nuestra tierra: por un lado, el cuarteto, música símbolo de Córdoba que nos reúne, nos mueve y nos identifica; por el otro, el carnavalito, una danza tradicional argentina que nos conecta con la alegría, el color y la fuerza de nuestras culturas originarias, y por último, la danza que nos identifica en América del Sur que es el carnaval.

Pudimos disfrutar de la narración e interpretación de una historia muy bella, “un vijae con ritmo por nuestra tierra” donde se relataba la historia de un grupo de niños y niñas curiosos que soñaban con recorrer los sonidos, colores y costumbres de su tierra. Querían conocer cómo la música y la danza cuentan la historia de los pueblos, desde las sierras de Córdoba hasta los rincones más lejanos de América sur.

Estudiantes junto a profes interpretando historias de nuestra tradición

De esta manera, el viaje comenzó en Córdoba, tierra de sierras, ríos y tradiciones, con sus danzas tradicionales, como el gato y la chacarera, que se bailan en familia y con amigos. Y el eco de los festivales, las peñas y el cuarteto que representa la alegría de la provincia.

Desde Córdoba siguieron viaje por la Argentina, descubriendo que cada región tiene su propio pulso, en el sur los pueblos originarios conservan sus canciones con instrumentos de percusión; en tanto que en el litoral, el chamamé hace girar pañuelos al viento; mientras que en el norte, los colores del carnaval se mezclan con la música del bombo legüero y la quena, que llena de fiesta nuestro querido país.

Cada danza enseña que ser argentino es bailar con diversidad, respetando la historia y el sentir de cada pueblo.

Luego el viaje siguió cruzando fronteras imaginarias y en cada país de América del sur descubrieron nuevos ritmos que, aunque diferentes, compartían un mismo espíritu: la alegría, la esperanza y la hermandad.

Así entendieron que la música y la danza son un idioma sin fronteras, que une en un gran abrazo a los pueblos de América del sur como familia. Porque en cada paso, en cada canto y en cada sonrisa, late la historia de nuestra gente.

Distintas imágenes de estudiantes en sus distintas interpretaciones en Nuestro Patio Criollo

Luego, disfrutamos de distintas formas de narrar nuestras historias en las propuestas del nivel secundario, con la presentación de malambo, expresión profunda del folklore argentino, donde el ritmo, la fuerza y la identidad se hacen cuerpo y luego entre las voces que caracterizan a la tradición nacional aparece el humor y la picardía criolla de Inodoro Pereyra. El entrañable personaje creado por Roberto Fontanarrosa, que supo mostrarnos, entre mates, paisajes y diálogos con la Eulogia y el Mendieta, que la tradición no es algo rígido ni solemne, sino un modo de mirar el mundo con sencillez, ironía y sabiduría popular.

A través de él, comprendemos que la tradición está viva cada vez que defendemos lo que somos, cada vez que nos reconocemos en nuestros paisajes y en nuestro lenguaje, cada vez que elegimos reírnos de nosotros mismos sin perder el respeto por nuestras raíces.

Para cerrar este bloque, le dimos la bienvenida a este escenario del Patio Criollo a una obra de teatro en la que se integran dos números artísticos musicales, en donde los y las estudiantes de 3er año C interpretarán un vals criollo y estudiantes de 2do b y 1ero A interpretarán una chacarera.

Luego de estas presentaciones, invitamos a toda la comunidad a participar de la propuesta del área de Educación Física, con una serie de juegos tradicionales que nos conectan con la infancia, la memoria y el encuentro, como lo son el sapo, el metegol, el bolero y el tejo. Un espacio para jugar, compartir y disfrutar en familia, como en los viejos patios de antes.

Presentaciones y propuestas muy hermosas y creativas, que continuaron en el recorrido de la muestra con todo lo trabajado este Ciclo Lectivo 2025. Afiches, cuadros, actividades, colores y aprendizajes, proyectos, talleres con familias, expresiones artísticas y actividades que reflejan cómo el aprendizaje cobra vida cuando se construye entre todos.

Llegando al final compartimos junto al grupo Raíces Andinas, artistas que mantienen viva la música de nuestro territorio que nos regalaron, su color, su fuerza y su identidad. Con takiraris, bailecitos y cuecas, nos conectamos con la memoria ancestral, con la alegría festiva y con la profundidad de nuestras culturas andinas.

Y como toda fiesta criolla merece participamos del último baile entre todos, porque la tradición, también, se construye bailando juntos, encontrándonos, tomándonos de las manos, animándonos a compartir la ronda sin importar si sabemos todos los pasos.

Agradecemos profundamente la presencia de cada familia, el compromiso de cada profesional de esta institución, y el esfuerzo de todas y todos los estudiantes, que hacen posible este camino compartido. Y esperamos que este espacio sea la oportunidad para volver a encontrarnos, disfrutar y celebrar lo construido y aprendido en cada año.