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Sexualidad y Diversidad Funcional: Diálogos para nuevas prácticas.

El sábado 12 de agosto asistentes, coordinadores y directores de tres de las propuestas de formación que se desarrollan en APADIM, compartimos una jornada de encuentro y diálogo a cargo de la Prof. Silvina Peirano.
De esta manera trabajadorxs de distintas organizaciones, profesionales, estudiantes y educadores de las distintas disciplinas relacionadas a la temática de la Discapacidad, que participan de las propuestas compartimos momentos de reflexiones y debates en torno a la perspectiva de la diversidad funcional, como enfoque para superar las limitaciones de pensarnos a partir de la construcción ideológica de la exclusión, del “capacitismo” y de los “saberes” para hablar de Otredad, subjetividades y deseos, de derechos y sexualidad.
Con la apuesta de propiciar diálogos necesarios para nuevas prácticas y alternando la moderación con debates puntuales, a partir de la repregunta y la provocación, fuimos repensando “categorías”, construcciones sociales y culturales sobre nuestras propias biografías sexuales y desde allí comenzar a interpelar cuál es la representación que realizamos de la sexualidad de aquella “otredad” de varones y mujeres con discapacidad o diversidad funcional.
Silvina Peirano escuchando atenta las reflexiones de los distintos grupos 
Las respuestas, sin ser concluyentes, fueron construyéndose de formas colectivas, con acuerdos, dudas y pendientes para seguir conversando y re-preguntándonos, sobre las miradas evaluativas e intervencionistas de instituciones y profesionales, del “poder hacer” y las necesidades uniformes para dar lugar a nuevas prácticas y repensar nuestras propias concepciones y conductas en sexualidad
Como puntualizaba Silvina Peirano, “la sexualidad en diversidad funcional, destacando la importancia del deseo y la subjetividad, es fuente de independencia personal, empoderamiento y reivindicación de los derechos sexuales y reproductivos de todos y todas”. Lo que implica deconstruir algunos conceptos que parecen enquistados en la teoría y la práctica sexual de las personas con diversidad funcional, que cosifica ciertas “formas o maneras” focalizando representaciones, roles y expresiones sexuales vistas como un problema que, además, -desde perspectivas de lo heteronormativo- propician “intervenciones tendientes a enfrentar, dirigir, encausar, reconducir o normalizar las escasas manifestaciones sexuales permitidas, bajo el lema: “conductas o aprendizajes socioafectivos esperables”, enfatizaba Peirano.
De esta manera no se brinda educación sexual, sino que se educa la sexualidad del otro/a, se la adoctrina, se la disgrega en lo que es permitido y lo que no lo es, se refuerza la dependencia y “se enseña a familiares y profesionales cómo debe reaccionarse frente a dichas expresiones”
Pensar la sexualidad y el sexo como causa, despojada de las consecuencias de pensamiento ético que juzgue o propicie determinadas prácticas, permitirá desde la capacidad de experimentación, sin saberes previos condicionantes sobre los propios cuerpos, alternativas para “superar paradigmas sincréticos acerca de a quién le toca esto de educar sexualmente “a los discapacitados”, proponía Silvina Peirano.
Iniciando una intensa jornada nos encontramos para reflexionar juntos.
Y la propuesta fue esa. Propiciar el debate para no sólo irnos con nuevas preguntas para hacernos y seguir debatiendo, sino a seguir encontrándonos desde la base genuina que nos dan los derechos humanos universales y desde allí dar lugar a nuevas prácticas y pensar, como comentaba Peirano: “Y es que en esto, como en todo lo que tiene que ver con el universo de la erótica, lo peculiar es precisamente la diversidad”

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