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Políticas públicas responsables y sustentables

Hace un tiempo que, en distintas localidades del interior de la provincia se vienen sufriendo sistemáticamente distintas situaciones asociadas a la expansión desordenada del crecimiento urbano e inmobiliario, avances en actividades económicas de gran impacto como es la agricultura intensiva con utilización de agrotóxicos y la falta de las políticas públicas que estén dispuestas a tratar seriamente el tema de los residuos sólidos urbanos.
Esto es consecuencia muchas veces por el no respeto a la legislación ambiental vigente, la falta de Educación Ambiental en los territorios y de políticas públicas que no consideran la participación ciudadana, o el ordenamiento del territorio en base a la identidad y una nueva forma de habitar los territorios.
Los y las pobladores de estos espacios, organizados y en comunidad, presentan experiencias colectivas de resistencias y de lucha, respondiendo a estas lógicas extractivistas, que promueven desalojos de tierras, degradaciones del ambiente y la expropiación a merced del capital, y no a la búsqueda del bienestar común, al cuidado y protección del ambiente.
Foto del Valle de Paravachasca, Córdoba


En este contexto se avanza sobre ideas de progreso y crecimiento, que sostienen discursos que surgen y se legitiman en un modelo productivo de Desarrollo dominado por actores con grandes intereses económicos.
Días atrás, compartimos en la nota La educación ambiental integral como un derecho, que se aprobó por unanimidad en la Cámara de Senadores de la Nación una nueva ley que pone el foco en la educación ambiental, un proyecto de ley impulsada por organizaciones juveniles que militan en defensa de los derechos ambientales y por políticas que pongan freno al cambio climático.
Este avance en el fortalecimiento en educación ambiental, para elaborar y diseñar políticas nacionales y orientar políticas jurisdiccionales, estrategias y acciones de educación ambiental integral; se presentan como buen camino, aunque la emergencia climática marca una agenda urgente, en un contexto adverso si seguimos sosteniendo modelos de producción dominado de grandes intereses económicos.
Los y las pobladores de estos espacios, organizados y en comunidad, presentan experiencias colectivas de resistencias y de lucha, respondiendo a estas lógicas extractivistas, que promueven desalojos de tierras, degradaciones del ambiente y la expropiación a merced del capital, y no a la búsqueda del bienestar común, al cuidado y protección del ambiente.
Ante este escenario de emergencia, es fundamental que los conflictos socio-ambientales sean abordados desde la comunidad, territorial y participativamente, para poder habitar los territorios de manera armónica y en términos de igualdad con el resto de los seres, y en el respeto de la autodeterminación de los pueblos a decidir cómo y en qué ambiente queremos vivir.

Tenemos mucho por hacer. Apoyanos para seguir construyendo una sociedad más inclusiva.  Aquí te contamos cómo.

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